miércoles, 16 de marzo de 2011

Una mala confesión (Historia)

El P. Serafín Razzi  relata que en una ciudad de Italia había una noble señora casada que era tenida por santa. A punto de morir, recibió todos los Sacramentos, dejando muy buena fama de su virtud.

Su hija rogaba de continuo a Dios por el descanso de su alma. Cierto día, estando en oración, oyó un gran ruido a la puerta; volvió la vista y vio la horrible figura de un cerdo de fuego, que exhalaba un hedor insufrible, y tal fue su terror, que se hubiera tirado por la ventana; mas la detuvo una voz que le dijo: “Hija, detente; yo soy tu desventurada madre, a quien tenían por santa; mas por los pecados que cometí con tu padre, y que por rubor nunca confesé, Dios me ha condenado al infierno; no ruegues, pues, más a Dios por mí, por que me dais mayor tormento”. Y dicho esto, bramando, desapareció.




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